La poderosa experiencia Python
El Summer Camp de programación a cargo de dos instructoras del prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT) se convirtió en todo un hito para el colegio.
Instaladas con propiedad en el amplio espacio de Sparklab, Randi Williams y Sarah Stoops abrieron el 2024 con una actividad inédita para The English Institute. Durante dos semanas de enero, las profesoras del Massachusetts Institute of Technology (MIT), lideraron el primer Summer Camp de programación del colegio, que tuvo como foco principal el aprendizaje de Python, el más usado lenguaje de programación.
Las instalaciones, las herramientas disponibles, y especialmente la respuesta de un grupo de 13 alumnos y alumnas que se inscribieron, permitió un sólido avance en un taller de tecnología que, además, se dictó en un fluido inglés.
“El manejo del idioma no fue una complicación para los estudiantes. De hecho, las profesoras me hicieron saber que nuestros estudiantes manejan mejor el inglés que en otros países donde se han impartido estos cursos. Por lo mismo aprendieron muy rápido la parte técnica de la programación”, explica Mr. Benjamín González, quien estuvo a cargo de organizar este evento.
Python permitió a los estudiantes realizar sus propios proyectos en la sala. Alumnos y alumnas de octavo a cuarto medio tuvieron clases teóricas y prácticas durante dos semanas, aprovechando la infraestructura y el avanzado conocimiento de las profesoras.
Randi Williams, estudiante de doctorado, que se especializa en robótica y educación, explicó cómo pudieron conducir el encuentro con los y las jóvenes que asistieron.
“Al comienzo les preguntamos algunas cosas sobre programación en las cuales estuvieran interesados, o sobre qué carreras quieren estudiar en el futuro, y compartieron cosas como: “Oh, yo quiero ser un ingeniero en informática porque un familiar es ingeniero en informática”. O también alguien que decía: “Me siento inspirada por una tecnóloga famosa como Ada Lovelace, y quiero seguir sus pasos”. Entonces creo que aprender sobre programación es realmente aprender cómo convertirse en un líder y en una persona creativa. Creo que es parte de lo que los estudiantes aprenden en conjunto con la programación”.
Por eso, para Williams, el resultado de la experiencia fue excepcional.
“Ha sido muy divertido. Los estudiantes son realmente brillantes y se han emocionado. Se sentía como que cada día les enseñamos algo pequeño y luego se inspiran con sus propias ideas y lo llevan como 20 millas más allá de lo que estábamos enseñando. Estoy realmente emocionada por eso, porque son apasionados y espero que sus proyectos también sean realmente emocionantes”, dijo.
Sarah Stoops, estudiante de pregrado, que se enfoca en ingeniería en mecánica y ciencias comunicacionales, también se despidió con elogiosos comentarios.
“Es increíble ver cómo les gusta aprender una pequeña cosa y luego la toman para embarcarse en su propia pequeña aventura. Y ha sido genial poder utilizar los recursos aquí en el laboratorio para implementar algunas aplicaciones del mundo real”.
Una nueva forma de pensar
Mr. Benjamín contó que en el taller se pudieron usar las herramientas de robótica que tiene el colegio, entre ellos, los juegos de Lego Spike. El trabajo en sala incluso permitió el uso de inteligencia artificial en la creación de códigos.
“Aparte de ganar el apoyo curricular que significa conocer el sistema de programación, los estudiantes aprendieron un nuevo idioma, un nuevo lenguaje, una nueva forma de pensar, porque aquí se fortalece el pensamiento lógico, el pensamiento secuencial. Eso significa también una nueva forma de solucionar problemas”, profundizó el docente.
La participación en el taller fue muy energética, como lo recuerda Mr. Benjamín. La motivación permitió experimentar y ver las habilidades que pueden desarrollarse también en el mundo profesional.
“Las profesoras se declararon sorprendidas por el nivel. Señalaban que había estudiantes que desarrollaban programación por su cuenta, y otros que no. Pero aún con esas diferencias, todos y todas tenían una forma de pensar que les permitía llevar la elaboración del código a otra escala. Porque la creación de juegos simples y complejos, el obtener un número aleatorio mediante un comando, diseñar una calculadora, o incluso un juego de ajedrez puede generarse a través de código. En este taller los estudiantes pusieron en práctica sus habilidades en la resolución de problemas y pensamiento lógico”.