Experiencia PAES: El maravilloso viaje de Dominga
La exalumna del cuarto medio C estuvo dentro de los siete estudiantes del colegio que alcanzaron los 1.000 puntos en matemáticas de la Prueba de Acceso a la Educación Superior
Instalada desde este año en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Dominga Ramírez todavía recuerda como siendo muy niña era de las que se colgaba en la reja para ver las ceremonias de los alumnos de cuarto medio en el TEI. Ahora que ya han pasado varios meses desde que salió como una de las alumnas más exitosas de su generación, con 1.000 puntos en matemáticas, la exestudiante del cuarto C recuerda vívidamente el ambiente que dejó atrás desde que entró a kínder, en 2010.
“Mi vida en el colegio fue una experiencia demasiado grata. Tengo recuerdos de todo, de la media, de la básica, del pre kínder. Desde muy chica miraba por la reja a los de cuarto medio, te colgabas como mono a mirar sus ritos, y eso se incrementaba después cuando cambiabas de patio y te acercabas más a los grandes hasta que formabas parte de ellos, de sus hitos. La guerra de agua es lo más entretenido que uno miraba en básica. Yo quiero, yo quiero, decía.
-¿Te llevas muchos amigos?
-Bastante. Soy una persona muy cotorra y me llevo muchos amigos. Mis papás son amigos de los papás de mis amigas y es un lazo muy bonito. Los compañeros de curso son como mi familia. Tengo una red de apoyo ahora que estoy en la universidad, con amigos de otros cursos.
-Te fue excelente en la PAES. ¿Cómo llevaste ese proceso?
-Yo sentía una presión interna porque la gente creía que yo iba entrar sí o sí. Pero siento que la pude manejar. Me propuse a comienzos del año que no me iba a estresar por eso, confiando en que tenía las capacidades para lograr una buena prueba. Fui al preu de Pedro de Valdivia. No necesitaba nada muy especial, me adaptaba. Lo del colegio me servía bastante. La verdad, yo me preparé para estos puntajes. Tenía la esperanza de sacar un puntaje alto, pero nunca quise decirlo. Me daba vergüenza. Pero sentía que me había preparado lo suficiente.
-¿Cómo defines la prueba PAES?
-Es mucha habilidad más que conocimiento. Pude haberme aprendido el temario de memoria, pero alguien que no se lo aprendió y tienen más habilidades que yo puede llegar a darla en el mismo nivel. Es una prueba que se parecía a las que nos habían hecho. Creo que es mucha práctica, para agarrarle el gancho a las preguntas. No es que te sepas todo lo de la célula o todas las fórmulas, pero depende de que sepas razonar de acuerdo al contexto.
-¿Hay profesores que recuerdes como fundamentales para este logro?
-Sí, hay dos, que ahora que estoy en la universidad, veo que me ayudaron muchísimo. Sobre todo en química y en matemática. En química, la miss Mirtha Sandoval. Es sequísima. Yo estuve en el diferenciado de química y fue una tremenda experiencia, un avance total. Por ejemplo, ahora tengo un ramo de química en la U y creo que ese ramo de verdad te da una base muy buena. Esta profe nos llevaba más allá. No se quedaba en el currículum. Nos hacía pensar. Como que hay ciertas habilidades que me han servido para enfrentar pruebas ahora, el pensamiento que te están pidiendo, porque en el fondo todo ahora se enfoca hacia la habilidad.
-¿Y en matemáticas?
-Todos los profesores, pero en particular Patricio Bissieres y Ricardo Valenzuela. Los dos fueron mis profesores en cuarto y me sirvieron mucho. Patito, por ejemplo, que así le decimos, fue esencial en el diferenciado de matemáticas, porque nos llevaba a pensar más allá. En el momento uno dice: chuta, para qué. Porque estás preocupado de otra cosa en cuarto medio, pero después uno lo agradece demasiado. Una cosa es aprender la materia y otra es de verdad entender. Y el apoyo fuera de las clases. Me acuerdo, por ejemplo, que Míster Ricardo Valenzuela siempre me hacía saber que yo podía ir más allá. Me daba confianza, me inspiraba.
-Fue un apoyo clave en lo académico.
-Sí, pero hay muchos más profes que influyeron en mi formación. Yo jugué básquetbol desde la básica. Partí en segundo y seguí hasta cuarto medio. Cuando empecé no sabía ni botear y era una vergüenza ir a verme en los partidos. Mis papás me dicen que les daba vergüenza porque era mala con ganas. Jajaja. Y te digo que después terminé siendo hasta capitana. Estos profesores de básquetbol me inspiraron a proponerme un objetivo y a lograrlo. Yo iba a entrenar después con mi papá. Porque los profesores te ayudan no solo en el ámbito académico, sino humano, y deportivo en este caso. Son profesores que me llevo con el corazón, porque crecieron conmigo. Guillermo Pinochet fue mi profesor de basket hasta séptimo básico, y después Viviana Pino, la Fran, el Rafa Rojas. Todos ellos fueron muy apoyadores y me hicieron crecer mucho como persona. Yo creo que no solo nos estaban enseñando un deporte, porque creo que la mayor parte del trabajo en equipo que tengo hoy, trabajos grupales, lo saqué de ahí. Son habilidades muy bonitas y poderosas.