Gloria Lastra: “Mi mejor experiencia como profesora ha sido primero básico”
La directora del ciclo Junior School se retira después de 32 años en el colegio. Decidida a jubilarse, recuerda su carrera en el colegio, sus mejores experiencias y hasta la férrea amistad que la llevó a un maravilloso viaje a Rusia.
Después de escuchar cómo James Mc Phee le contaba en inglés toda la historia y el proyecto del colegio, Gloria Lastra creyó que hasta allí llegaba su entrevista de trabajo. Cautelosa como siempre, le dijo al director de The English Institute que consideraba que ella no tenía el dominio adecuado del idioma, pero él en cambio ya se había convencido de que era la profesora que buscaba tan afanosamente. Solo la invitó a tomar un curso de inglés de refuerzo que comenzaba en unas semanas más y desde aquel día de junio de 1992, ella se convirtió en Miss Gloria.
Han pasado 32 años y la actual directora de ciclo Junior School vive su último año en la institución, decidida a jubilarse después de una intensa carrera que no paró desde que salió de Pedagogía de la Universidad de Chile y se puso a trabajar a los 22 años.
Justamente estaba en la primera institución en que partió su vida profesional, el colegio católico Santa María Reina, de La Reina, cuando una amiga y profesora de The English Institute, Verónica O’ Ryan la tuvo que convencer para que postulara.
“Supe que necesitaban una profesora de primero básico y que manejara el inglés. Yo era profesora de segundo básico, pero lo principal era que no sabía si mi nivel de inglés era apropiado. Vine a la entrevista con Míster James Mc Phee, y fue una conversación larga porque me contó toda la historia del colegio, cómo se fundó, cómo empezó en una casita en la calle Normandía, con pocos alumnos.
–¿Por qué cree que quedó?
–Yo creo que le gustó mi transparencia. Le voy a decir la verdad, le dije. No le entendí todo en inglés. Yo creo que mi nivel de inglés no es el que se necesita acá. Y él me dice, no hay ningún problema porque justo empezamos cursos de inglés, entonces usted entra, se pone a estudiar y va a ir mejorando. Me dio confianza. Y lo otro, bien importante, es que yo venía de un curso con 45 alumnos y acá iba a trabajar con 25.
–¿Y cómo fue la partida?
–Nunca había hecho clases a primero básico, pero me enamoré de este nivel. Si me preguntas cuál ha sido mi mejor experiencia como profesora, ha sido primero básico. Son niñas y niños exquisitos, chiquititos. Tienen una energía sana, pura, te creen todo, están esperando lo que vas a decir. Me mantuve en primero por unos diez años, feliz. Se trabajaba mucho, sin co teacher. Es una edad demandante, y tenías que estar preocupada de amarrar zapatos, de ayudar a los niños y niñas a limpiarse, a cambiarse ropa. No sé cuántas mochilas limpié con yogurth dado vuelta, pero yo estaba encantada.
El liderazgo
–¿Y cómo avanzó a cargos de dirección?
–Yo estaba feliz haciendo mis clases, sin aspirar a más que a estar en sala, y un día me ofrecen la jefatura de estudios, que era hacerme cargo de lo que se llamaba la UTP. Yo tenía buena relación con la jefa de estudios y me dio pena que ella se fuera. Y le dije a Peter, quien era entonces el director, que lo iba a pensar, hasta que al final acepté.
–Empieza a ejercer un liderazgo.
–Las que eran más amigas mías fueron súper prudentes. Cuando les conté, ellas me dijeron: La lealtad te la vamos a demostrar no dando problemas para que tu trabajo se facilite. Y me fue bien. Ni yo sabía que podía tener ese liderazgo. Con el curso, siendo profesora, sí, pero con adultos, con colegas es distinto.
–¿Cómo define su estilo?
–Siempre fui muy horizontal, transversal, con harta sensibilidad, tratando de escuchar a todas las personas. Y rápidamente otra vez estaba cómoda en el cargo, estaba feliz, me manejaba bien con el trabajo, hasta que un día, a fines de 2018, me dicen que la directora de ciclo de Junior School se va a trabajar al ministerio y que pensaban en mí para reemplazarla. Y yo, nuevamente, volví a dudar, y dije: Lo tengo que pensar.
–Siempre le pasó lo mismo
–Siempre. Y Peter era como el que sabía cómo llegar más a mí, así que, aunque al principio no me atrevía, habló conmigo. Empezamos de nuevo, Gloria, me dijo, recordando la vez anterior. Y otra vez, él veía más cosas en mí que yo misma. Y acepté. Con algunos temores porque tampoco me veía como directora de ciclo.
–¿Cómo resultó?
–Debo reconocer que no fue tan difícil, en todos los casos: Ni cuando me vine al colegio, ni cuando me ofrecieron el primer o el último cargo. Fui aprendiendo, escuchando, y más escuchando que hablando en mi caso, para observar. Tuve mucho apoyo, como siempre. Y estaba el apoyo de Míster James Mc Phee, que fue clave desde el principio, porque me acomodaba su estilo Era una persona cercana, pero exigente. Amable, pero si no cumplías, te llamaba la atención. Te decía lo que correspondía. Siempre gentil, amable. Escuchaba mucho. Si teníamos algún tema con algún apoderado, por ejemplo, siempre se daba tiempo para guiarnos Yo fui aprendiendo de eso, pero sin pensar que algún día lo iba a usar. Solo lo fui asimilando. Lo mismo con Peter, encontré la misma cercanía. Fui aprendiendo, y cuando me tocó estar en cargos, fue naturalmente, con mi personalidad sumada al estilo del colegio, por eso no me costó. Con Alejandra Mc Phee, tuve una amistad incluso. Siempre al lado, me guiaba, me escuchaba. Era en la persona en que más confiaba.
–Y entre medio vino la pandemia.
–Eso sí fue muy difícil, porque yo tenía poco tiempo en el cargo y a eso tuvimos que adaptarnos todos. Ahí, el apoyo de los jefes de estudios, Jimena Venegas, Nicolás Ayub y Paula Vega, fue fundamental, sobre todo la sabia guía de Nicolás Paraud. Siempre he trabajo en equipo. Me llevo muy bien con mi gente. Los equipos de trabajo son mi mejor apoyo. Hablamos todo. Aceptamos las diferencias. Si tengo que ceder, cedo con toda la confianza en que ellos son asertivos. Volver también fue difícil, dividir los cursos, los horarios, y empecé a hacer clases. Me encantó. Fue lo mejor de la pandemia, hacer clases. Siempre hice reemplazos cortos.
–Y cómo llega el momento en que tiene que tomar la decisión de irse.
–Primero, por la edad, ya había cumplido los 60 años. Lo empecé a pensar el año pasado. Porque cuando asumo de directora me pidieron que fuera por un tiempo, un año, o dos. Acepté. Pero como vino la pandemia, era difícil hacer un cambio. Y seguí. Pero ahora quiero tener tiempo para dedicarlo para mí. Aún me queda mucha energía y la quiero ocupar en mí.
El círculo de amigas
–¿Cuáles son los momentos más bonitos cuando mira hacia atrás?
–Mis clases con primero básico. Mi círculo de amistades, que lo hice acá, con amigas que mantengo hasta el día de hoy, Miriam Valdés, Jimena Venegas, Carol Salinas, María Luisa Troncoso, Dina Dorosheva, Nora Labra. Con ellas trabajé cuando llegué acá. Algunas estaban, otras llegaron y formamos un grupito. Algunas empezaron a jubilar, y otras, como Dina, que es rusa, trabajó acá un tiempo y luego se fue. De hecho, fuimos a su casa a Rusia.
–¿En serio?
–Claro, todo este grupo de amigas, como somos tan amigas fuimos invitadas por ella, a San Petesburgo.
–¿Y cómo llega una profesora rusa a hacer clases acá?
–Ella se casó con un chileno que conoció en Japón, y así llegó a Chile. Un día vino a buscar trabajo al colegio porque en Japón había trabajado con niños. Su inglés era muy bueno y justo necesitábamos una profesora de reemplazo. Yo la entrevisté, me gustó y resultó ser una estupenda profesora. Todos tienen excelentes recuerdos de ella. Es una de mis amigas del alma. Fuimos a su casa en Rusia, en 2019, y conocimos Moscú también. Después fuimos a Finlandia, a Helsinski. Paseamos y nos encantamos con ese maravilloso país. Nuestra amistad ya no puede ser más férrea.
–¿Cómo se imagina el próximo inicio escolar en marzo?
–Me imagino feliz de no tener que levantarme a las 6 de la mañana. Reconozco que levantarme temprano siempre ha sido una lucha. No me es fácil, pero he tenido que hacerlo sin falta. Para mí no tener que levantarme a esa hora será maravilloso. Entré a los 17 años a estudiar pedagogía en la Universidad de Chile, y a los 22 ya estaba trabajando. O sea, llevo muchos años, y esto será un verdadero cambio. Dedicaré tiempo para mí y mi familia, que es lo más importante en mi vida.