Una Navidad mágica
Con estudiantes y apoderados del séptimo D, TEI Solidario dio vida a la tradicional fiesta en el centro Papa Juan XXIII.
Cuando se anunció un mago, nadie en el centro de acogida Papa Juan XXIII podía imaginar que el espectáculo que vendría a continuación sería tan asombroso. Fue entonces que Marcelo Gaete, apoderado del séptimo D, se paró en el escenario y sorprendió a las más de cien personas reunidas para la tradicional fiesta de Navidad organizada por el TEI Solidario de The English Institute.
Largos aplausos coronaron una presentación llena de trucos espectaculares durante el encuentro que se llevó a cabo el sábado 7 de diciembre, en Peñalolén, donde la magia se desplegó durante toda la mañana.
El séptimo D, junto a ocho apoderados, liderados por Miss Carolina Bravo, dieron vida a una celebración que se realiza desde hace 17 años, cuando The English Institute estableció un vínculo con este espacio que recibe a niños del sector que rodea Avenida Las Torres y José Arrieta. En la jornada, se entregaron 78 regalos, para los niños, las tías y también para los cascos blancos, que son los jóvenes italianos que trabajan como voluntarios sociales en este lugar.
Todo comenzó a las 10 de la mañana y se extendió hasta las 14 horas, con juegos, con un baile preparado por las niñas del curso, con comida y torta.
Cada niño del hogar recibió su paquete adornado con una estrella en la que aparece su nombre y su foto, con el esperado regalo.
Una larga historia
El contacto con el centro Papa Juan XXIII se produjo cuando Peter Mc Phee le pidió a Miss Carolina que encontrara una escuela donde el colegio pudiera desarrollar un trabajo de apoyo social. Entonces fue que llegó a este lugar que recibe niños y niñas después de la jornada escolar, y que tienen fuertes carencias tanto en lo social como en su aprendizaje.
El misionero italiano Filippo Barressi era el encargado, y desde entonces The English Institute comenzó a realizar actividades fijas, a través de visitas mensuales, fiestas temáticas y campañas de ayuda. Incluso los scouts del colegio acaban de pintar en esta oportunidad su segundo mural en el lugar.
Testimonios
Esta fue la primera Navidad en que asistió un curso completo. La impresión la definió emocionada una de las apoderadas presentes, María Eugenia Avendaño.
“Fue un tremendo privilegio ser parte de la celebración de Navidad. Ver las sonrisas de los niños al recibir los regalos y compartir momentos de alegría nos hizo valorar aún más lo importante que es dedicar tiempo a quienes más lo necesitan. Ayudar en esta actividad no solo nos permitió unirnos como curso, sino que también pudimos aportar un granito de arena y enseñarles a nuestros hijos la importancia de compartir y ser solidarios. Fue una experiencia enriquecedora que nos dejó el corazón lleno de gratitud”, contó.
Un momento inesperado vivió Miss Carolina, cuando, en medio del evento, se le acercaron dos jóvenes que la reconocieron. María Paz y Millaray habían sido niñas cuando comenzaron las primeras fiestas de Navidad en el centro y después de muchos años quisieron saludar a quien veían como cara del colegio.
María Paz, hoy de 25 años, resumió la importancia que tuvo el centro para ella.
“Haber venido al hogar me salvó para siempre. Si no, mi vida habría sido muy distinta”, concluyó.